23 de enero de 2021

El humor de Dios (XII): Santa Teresa de Jesús

El humor de Dios en Santa Teresa de Jesús Santa Teresa de Jesús es la priora perpetua de los Esclavos de María y de los Pobres. Reformadora del Carmelo, Doctora de la Iglesia, esta gran santa del Siglo de Oro español es un ejemplo de que como dice el Papa Francisco, el cristiano es una persona alegre, no debe tener cara de pepinillos en vinagre. Ella misma pedía en sus fundaciones “tristeza y melancolía no las quiero en casa mía” y “Dios nos libre de los santos encapotados”. En esta mística se podían unir, pues, la intimidad con Dios y un profundo sentido del humor. Ella misma hablaba de la “alegría interior” y del “gozo interior”. Hay una anécdota que expresa muy bien de la forma de ser de Santa Teresa. Una vez que iba camino de una fundación estando muy enferma con dolor de huesos, fiebre, haciendo un viaje en un carro de caballos bajo una fuerte lluvia, bajó un momento del carro para descansar, con tan mala suerte que pisó mal en el suelo cayendo en medio del camino de tierra enlodada. Entonces la santa exclamó: "Señor Jesús, mira tú que no solo me pides que de hacer este viaje, sabiendo que estoy enferma, cansada, con estos años a cuestas, con los huesos doloridos. No, no solo eso Señor, sino que además tu permites que me caiga y que quede totalmente hecha un desastre.” A lo cual Jesús le dice: Si Teresa, lo que ocurre es que Yo trato así a mis amigos. Y Teresa le responde: ¡Señor, con razón tienes tan pocos amigos...!" Puede resultar extraño ver en santa Teresa de Jesús, una mística reformadora tan seria, esa respuesta que hace al Señor. Cierto es que tenía una gran confianza e intimidad con Dios, y de ahí puede venir esa capacidad de tener esa respuesta espontánea. También es cierto que la situación provocada por la Providencia es realmente chistosa y exageradamente divertida. Nos lo puede resolver la frase del escritor católico Chesterton: “Divertido no es lo contrario de serio. Divertido es lo contrario de aburrido, y de nada más”. No es de extrañar que el Padre Leocadio la nombrarse priora, pues en el centro del escudo de los Esclavos está representada la alegría.