29 de septiembre de 2017

El humor de Dios (II)

por Böcklin 

El humor de Dios en...  San Antonio de Padua


El humor de Dios es signo de su humildad. Quien es humilde sabe relativizar las cosas al compararlas con Dios dándoles el justo valor que se merecen. San Antonio de Padua es testigo de ello al tomar con sentido del humor las burlas de los herejes.

En cierta ocasión, San Antonio, cansado de que los herejes se riesen de las verdades de la fe que él predicaba, se fue a evangelizar a los peces. ¡Menuda ocurrencia! Los animales acudieron a escucharle, incluso colocándose los pequeños delante y los grandes atrás, a quienes dio su bendición y despidió. Después de este suceso, los incrédulos se convirtieron.

En otra ocasión, se encontraba San Antonio predicando al gentío, cuando las ranas de la charca más cercana croaron provocando un gran ruido. Como los anfibios con sus cantos no permitían que los fieles le oyesen, les mandó callar, y lo consiguió.

San Antonio de Padua, con su sentido del humor fruto de su humildad y confianza en Dios ante las dificultades, transformó a herejes e incrédulos.


Miguel Jiménez

23 de septiembre de 2017

Cosas de curas (II)

Cosas de curas con...


Jesús Llarena, presbítero miembro del equipo ministerial en la Unidad Pastoral de Gernikalde (Bilbao)

"Las alegrías vienen del cariño de la gente y el sentirse en casa cuando estás en la parroquia" 


No son las cosas que más le gustan, esto de las entrevistas, pero aquí está, y ya fue entrevistado en la revista de su diócesis cuando iba a ser ordenado. El 28 de junio de 2015 fue su ordenación presbiteral, y tiene 42 años. Asegura ser normal tirando a regular, por lo que "no esperes grandes cosas". Por lo leído en su anterior entrevista, le gusta Chesterton y John Ford, así que tan "regular" no será. Resulta ser un cura de parroquia que está encantado con lo que vive y con lo que es.

Jeús Llarena, de su Twitter @Rebollejos
Uno o dos...
  • Canciones: cualquiera de Chabuca Granda o de Mercedes Sosa.
  • Libros: El Hobbit y los siete de Dune de Frank Herbert.
  • Películas: El hombre tranquilo, El golpe, Cadena perpetua y Los Goonies.
  • Santos: San Martín de Porres y Santo Toribio de Mogrojevo.
  • Frases de la Biblia: "Dar razón de vuestra fe y esperanza" 1 Pe 3,15 y "Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y dos peces, pero ¿qué es esto para tantos?"  Jn 6,9.
  • Personajes de la Biblia: San Pablo y Jonás.
  • JMJ u otro encuentro: JMJ de Madrid, pero no soy de multitudes.
  • Consejos para la vida: Confía, siempre Él está contigo.
  • Lugares para peregrinar: Ars, Tierra Santa y Roma

Pregunta. ¿Qué es para usted un cura?
Respuesta. Servir en todas las dimensiones de la palabra, curando, escuchando, en la liturgia, en el servicio, en el anuncio.

P. ¿Qué ha dejado atrás para ser sacerdote?
R. He podido descuidar amistades por el proceso formativo y los calendarios cambiados, eso puede ser de lo que sea más consciente.

P. ¿Qué fue lo determinante en el discernimiento de su vocación?

R. El saberme llamado y convocado por Dios, es algo paulatino que se va haciendo más presente en tu vida hasta verbalizarlo.

P. ¿Alguna persona le ha influenciado más en su vocación?
R. Muchas, la coherencia de mis padres, la entrega de algunos curas que he conocido, además de la oración de buena parte de mi familia.

P. ¿Qué dificultades encuentra en su vida y tarea de sacerdote?
R. Mis limitaciones personales que no me permiten llegar hasta donde me gustaría.

P. ¿Qué le da fuerzas para perseverar en su camino?
R. La oración, la comunidad a lo que sirvo y mis hermanos presbíteros.

P. ¿Cuál es la situación más sorprendente que ha vivido en la parroquia?
R. Sorprendente celebrar diez bautizos y que todos fueran rodado. Y saber que te engañan y dejarte engañar porque sabes que es para ayudar, con ayudas a personas necesitadas que no te cuentan toda la verdad pero ayudas igual.

P. ¿Qué le gusta más de ser cura?
R. Me gusta conocer, reconocer y preocuparme de lo que rodea a quien comparte conmigo peregrinación, es decir, las comunidades donde vivo y sirvo.

P. ¿Alguna mayor alegría?
R. Ver a un niño de catequesis explicar a otro que no iba quién era yo y resolverlo con un "pues quién iba a ser, el curaaaaa". En general las alegrías vienen del cariño de la gente y el sentirse en casa cuando estás en la parroquia.


Miguel Jiménez

16 de septiembre de 2017

Cosas de curas (I)

Cosas de curas con...


Álvaro de la Riva, vicario parroquial en Medina del Campo y párroco de Pozal de Gallinas, La Zarza, Bocigas y Puras (Valladolid)

"Ahí empezó, en el Campo de María, como todo lo grande"


Álvaro de la Riva, en la Trapa,
 de su Twitter @alvarorivared
Un sacerdote de pueblo, así se define. "Seguro que los hay mejores", accede a la entrevista porque no es para L´Osservatore Romano, le podría la vergüenza. Insiste en que es simplemente un sacerdote que hace lo que puede, ni profesor, ni estudiante de doctorado, ni nada del estilo. Tiene 34 años, y fue ordenado el 19 de junio de 2016. 

Uno o dos...
  • Canciones: De Alan.
  • Libros: El hombre en busca de sentido, de Viktor Frankl.
  • Películas: Las Crónicas de Narnia.
  • Santos: San Juan Pablo II y San Pío de Pietrelcina (y San Miguel Arcángel y San Francisco).
  • Frases de la Biblia: "Sé de quién me he fiado" 2 Tim 1, 12.
  • Personajes de la Biblia: José y Mateo.
  • JMJ u otro encuentro: JMJ de Colonia. Allí empezó todo.
  • Consejos para la vida: la frase de Santa Teresa "Nada te turbe, nada te espante, quien a Dios tiene nada le falta, sólo Dios basta"; y "Todo es posible para el que cree" Mc 9,23.
  • Lugares para peregrinar: Fátima y Lourdes.

Pregunta. ¿Qué es para usted un cura?
Respuesta. Quien cura, quien sana. Como decía el Cura de Ars, el amor del corazón de Cristo.

P. ¿Qué fue lo determinante en el discernimiento en su vocación?
R. La Jornada Mundial de Colonia, San Juan Pablo II y el trato cercano con mi párroco. Y por supuesto mi madre.

P.¿Qué pasó en la JMJ de Colonia?
R. Acababa de fallecer Juan Pablo II. Él fue quien la convocó, pero Benedicto quien asistió como pontífice. El párroco con el que fui junto a otros jóvenes, de camino a la explanada de Marienfeld, dijo: "Le estoy encomendando a Juan Pablo II tu vocación". A lo que dije: "¡Anda ya!". Nos colamos en el encuentro del Papa con los seminaristas en San Pantalón y allí le oí decir al Papa: "Ofreced los jóvenes a Jesús el oro de vuestra juventud, el incienso de vuestra alegría y la mirra de la oración más fervorosa.". Me calló como un jarro, no me quité esas palabras en toda la jornada, y empecé a preguntarme qué he ofrecido yo. Y calló en mis manos un libro de meditaciones que decía "Que busques a Cristo, que encuentres a Cristo, que ames a Cristo. ¿Has intentado al menos lo primero?". Ahí empezó, en el Campo de María, como todo lo grande.

P. ¿Cuál ha sido su mayor alegría como sacerdote?
R. Tanto la acogida que muchas personas te hacen, como la reconciliación de personas después de muchos años alejados de Dios y de la Iglesia.

P. ¿Qué le gusta hacer en su tiempo libre?
R. Aunque suene a tópico, me gusta estar con la gente siempre con una taza de café por medio, creo que con un buen café surgen muy buenas tertulias. También la lectura siempre que me es posible.

P. ¿Cuál es la situación más divertida que ha vivido en la parroquia?
R.  Hace unas semanas, le pregunté a un niño que si quería ser monaguillo. Y él, encantado, dijo que sí. Al hilo del Evangelio comencé la homilía preguntando al niño que cómo se llamaba y me dijo que Gabriel. Yo le pregunté que si sabía quién era San Gabriel en la Biblia, y me dijo que sí, que el ángel que habló con María. Yo le dije que Gabriel le trajo a María una buena noticia y si sabía qué era lo que preguntó Gabriel a la Virgen. Y el niño me respondió "sí, sí, sí, sí, sí, la dijo: ¿Quieres ser monaguilla?".


Miguel Jiménez

8 de septiembre de 2017

El humor de Dios (I)

El humor de Dios en...  Santo Tomás Moro


Retrato por Holbein
El humor es un fruto de la paz y la alegría que da el Espíritu Santo. De hecho, podría decirse que Dios es quien tiene el mayor sentido del humor, y los santos son testigos.

Santo Tomás Moro lo fue hasta el momento de su muerte martirial, y es señal de la paz y la alegría con que iba a dar la vida por Cristo y la Iglesia.

Cuando salió hacia el cadalso pidió su abrigo "porque doy mi vida, pero un resfriado no quiero conseguir". Al subir las escaleras del patíbulo, le pidió ayuda al verdugo porque decía que para bajar podría valérselas por sí mismo. También bromeó poco antes de morir con el que le iba a decapitar:
-Fíjese que mi barba ha crecido en la cárcel; es decir, ella no ha sido desobediente al rey, por lo tanto no hay que cortarla. Permítame que la aparte.

                                                                                                                                            Miguel Jiménez