Cosas de laicos con...
José Ignacio Zenayan, padre viudo, y de la Escuela de comunidad de Bilbao"Quería saber del Dios de Arantxa"
Preside Avifes.org y la Fundación Tutelar Ondoan, y es vocal en federación País Vasco ayudando a personas con discapacidad. Aunque más importante es Dios y lo que ha hecho en su vida. Su esposa falleció el 1 de julio de 2009, semilla que tuvo que morir para dar fruto. Conoció Comunión y Liberación en febrero de 2010. Además, ahora da la comunión a su padre, y se estremece de poder llevar a Dios en sus manos. De hecho, asegura que "esto es para dar gloria al Señor".
@BeppeZenayan en Twitter |
- Canciones: Cerca de ti, y de Claudio Chieffo, É bella la strada y Reina de la Paz.
- Libros: "El sentido religioso" y "Por qué la Iglesia" de Luigi Giussani.
- Películas: Silencio y Poveda.
- Santos: San José y Santa María.
- Frases de la Biblia: "Podría tener fe como una montaña, que si no tengo amor no soy nada" (1 Cor 13, 2) y "Seréis mis testigos hasta los confines de la tierra" (Hch 1, 8).
- Personajes de la Biblia: Juan, Andrés y María Magdalena.
- JMJ u otro encuentro: JMJ de Madrid, pude ver por primera al menos el papamóvil a 50 metros; y encuentro en el Vaticano con 80.000 miembros de Comunión y Liberación de todo el mundo.
- Consejos para la vida: Acoger la vida entera con todo lo que es y buscar silencio de vez en cuando, hay demasiado ruido.
- Lugares para peregrinar: Tierra Santa y Fátima.
Pregunta. ¿En qué ambiente vivió durante su juventud?
Respuesta. Mi juventud fue en un terreno cristiano, pero era un chico que era yo más un añadido que era ir a misa y demás. Yo estaba en el colegio de los jesuitas, y era todos los días misa y rosario. Todo eso era un modo de vida, pero no me llegó. Cuando me casé seguía rezando con mi esposa por las noches y por las mañanas, pero tuvimos un primer hijo con epilepsia, y un segundo hijo, que es el que vive conmigo, que desde pequeño tenía unas conductas extrañas, una paralización general. Ahí empezamos a rezar, yo pedía, pero Dios no me atendió.
P. ¿Cómo era su vida antes de su conversión?
R. Me decepcioné. Dije "Dios es humo, voy a liberarme de todo esto". Yo me puse delante de mi mujer y empecé a blasfemar... a muchas cosas. Para mí Dios no existía y acabé abandonando todo. Le decía a mi mujer: "Tú a Dios rogando y yo con el mazo dando". Porque yo voy a llevar la casa. Y en ese afán de controlar, hice daño, me hice daño y sufrí. Porque me perdí, y al final te aseguro que me quería haber ido de este mundo.
P. ¿Cómo influyó en usted su mujer?
R. A los pocos meses murió Arantxa, mi esposa. Y a partir de ahí surgieron las preguntas: quién era ella, su sonrisa-que murió sonriendo-, su cáncer, su paz, su alegría, qué hay después, quién es ese Dios de Arantxa. Y ahí empieza un inicio. El hecho de que ella fuera una mujer cristiana, sencilla, prudente nunca me escandalizó, ni se escandalizó de mí. Yo doy gracias a Dios por haberme puesto esta mujer porque después me he enterado de cómo era y quién era. No he sabido quererla del todo bien, le pido perdón a ella y a Dios.
P. ¿Cómo es su vida de fe viviendo con su hijo Iñaki?
R. Dios me ha puesto este hijo para que yo siga. A través de las tristezas es cuando pillo más al Señor. Cuanta más necesidad tengo más me aferro. Si no tuviera necesidades estoy convencido de que me hubiera ido al final.
P. ¿Cómo afronta los momentos de sufrimiento?
R. Trato de poner de mi parte, porque creo que Dios nos ha dado cabeza, brazos, corazón para que lo usemos, pero debo ceder el paso más de una vez. Dios no me pillará en el sofá ahí tirado, pero sí meditando "Señor, yo ya no sé qué hacer". Porque mi hijo tiene ya 38 años, son muchos años desde los 3 años. Hay una historia que me ha empapado a mí de cierta tristeza, de decepción. Sin embargo llega un momento en que encuentro el movimiento de Comunión y Liberación.
P. ¿Qué supuso para usted Comunión y Liberación?
R. El Señor me ha guiado, ya me había escogido un sitio. Yo tenía necesidad de un notario para un testamento, y en una inmobiliaria me dieron una lista de notarios y escogí una sin más. Había entrado en contacto con una persona, que precisamente era la responsable de la Escuela de comunidad de Bilbao, Carmen Velasco. Y esta señora era muy interesada por el hombre. Y eso me llamó la atención, y a mi hijo también. Quise ir a corregir un testamento mío, y ahí salió la palabra "Dios". Me sorprendí porque yo quería saber del Dios de Arantxa. Realmente aquello fue un huracán, que yo volví de allá que ni pisaba el suelo. Tan claramente vi que era libre yo para decidir, que tenía la opción de poderme ir (de Comunión y Liberación). Y ella me dijo "Ven y verás". Y la primera vez que fui, aluciné: gentes normales que no eran curas ni nada y estaban hablando de cosas del hombre y de Dios. Y desde entonces, allí estoy.
P. ¿Qué es Comunión y Liberación?
R. Un movimiento de la Iglesia Católica que está fundado por el sacerdote Luigi Giussani. Me gusta mucho porque parte del hombre, no de los esquemas de lo que hay que saber. Allí tuve el encuentro con el Señor a través de los humanos. Me llenó de interés porque aquello prometía. Me sentí como reconocido. Yo estaba muy triste, y toqué a otra persona la parte del hueso de la mano, y pensé "Dios está en mí también". Y me puse a llorar como un niño y me cambió el día y los siguientes. No fue un subidón, que eso me va consolando, lo viví y me mantiene, y han pasado meses y años.
P. ¿Cuál diría que es su vocación concreta y personal?
R. Dar y escuchar, que es lo que hago con mi hijo y con las personas que están en la asociación de personas con enfermedad mental. Es el dar. Yo he recibido mucho y nadie me ha pedido, pero me sale de dentro darlo. En cuanto puedo, muestro quién es el que me lleva a todo esto.
Miguel Jiménez
P. ¿Cómo era su vida antes de su conversión?
R. Me decepcioné. Dije "Dios es humo, voy a liberarme de todo esto". Yo me puse delante de mi mujer y empecé a blasfemar... a muchas cosas. Para mí Dios no existía y acabé abandonando todo. Le decía a mi mujer: "Tú a Dios rogando y yo con el mazo dando". Porque yo voy a llevar la casa. Y en ese afán de controlar, hice daño, me hice daño y sufrí. Porque me perdí, y al final te aseguro que me quería haber ido de este mundo.
P. ¿Cómo influyó en usted su mujer?
R. A los pocos meses murió Arantxa, mi esposa. Y a partir de ahí surgieron las preguntas: quién era ella, su sonrisa-que murió sonriendo-, su cáncer, su paz, su alegría, qué hay después, quién es ese Dios de Arantxa. Y ahí empieza un inicio. El hecho de que ella fuera una mujer cristiana, sencilla, prudente nunca me escandalizó, ni se escandalizó de mí. Yo doy gracias a Dios por haberme puesto esta mujer porque después me he enterado de cómo era y quién era. No he sabido quererla del todo bien, le pido perdón a ella y a Dios.
P. ¿Cómo es su vida de fe viviendo con su hijo Iñaki?
R. Dios me ha puesto este hijo para que yo siga. A través de las tristezas es cuando pillo más al Señor. Cuanta más necesidad tengo más me aferro. Si no tuviera necesidades estoy convencido de que me hubiera ido al final.
P. ¿Cómo afronta los momentos de sufrimiento?
R. Trato de poner de mi parte, porque creo que Dios nos ha dado cabeza, brazos, corazón para que lo usemos, pero debo ceder el paso más de una vez. Dios no me pillará en el sofá ahí tirado, pero sí meditando "Señor, yo ya no sé qué hacer". Porque mi hijo tiene ya 38 años, son muchos años desde los 3 años. Hay una historia que me ha empapado a mí de cierta tristeza, de decepción. Sin embargo llega un momento en que encuentro el movimiento de Comunión y Liberación.
P. ¿Qué supuso para usted Comunión y Liberación?
R. El Señor me ha guiado, ya me había escogido un sitio. Yo tenía necesidad de un notario para un testamento, y en una inmobiliaria me dieron una lista de notarios y escogí una sin más. Había entrado en contacto con una persona, que precisamente era la responsable de la Escuela de comunidad de Bilbao, Carmen Velasco. Y esta señora era muy interesada por el hombre. Y eso me llamó la atención, y a mi hijo también. Quise ir a corregir un testamento mío, y ahí salió la palabra "Dios". Me sorprendí porque yo quería saber del Dios de Arantxa. Realmente aquello fue un huracán, que yo volví de allá que ni pisaba el suelo. Tan claramente vi que era libre yo para decidir, que tenía la opción de poderme ir (de Comunión y Liberación). Y ella me dijo "Ven y verás". Y la primera vez que fui, aluciné: gentes normales que no eran curas ni nada y estaban hablando de cosas del hombre y de Dios. Y desde entonces, allí estoy.
P. ¿Qué es Comunión y Liberación?
R. Un movimiento de la Iglesia Católica que está fundado por el sacerdote Luigi Giussani. Me gusta mucho porque parte del hombre, no de los esquemas de lo que hay que saber. Allí tuve el encuentro con el Señor a través de los humanos. Me llenó de interés porque aquello prometía. Me sentí como reconocido. Yo estaba muy triste, y toqué a otra persona la parte del hueso de la mano, y pensé "Dios está en mí también". Y me puse a llorar como un niño y me cambió el día y los siguientes. No fue un subidón, que eso me va consolando, lo viví y me mantiene, y han pasado meses y años.
P. ¿Cuál diría que es su vocación concreta y personal?
R. Dar y escuchar, que es lo que hago con mi hijo y con las personas que están en la asociación de personas con enfermedad mental. Es el dar. Yo he recibido mucho y nadie me ha pedido, pero me sale de dentro darlo. En cuanto puedo, muestro quién es el que me lleva a todo esto.
Miguel Jiménez
1 comentario:
Hermoso testimonio¡ me quedo con "dar y escuchar".
Gracias José Ignacio.
Y gracias Miguel que apareciste comu un Ángel, hoy jueves...
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