El humor de Dios en... San Juan de Ávila
En la parroquia San Juan de Ávila, en Móstoles |
Dios tiene un grandioso sentido del humor, que está relacionado con la humildad. El humilde relativiza las cosas respecto a Dios, les da su pequeño valor, lo que provoca un sentido del humor. San Juan de Ávila, maestro de santos del siglo XVI, poseía una gran humildad, lo que le lleva a reaccionar ante el mal con cierto sentido del humor.
San Juan de Ávila era un excelente predicador que movía los corazones de los fieles hacia Dios. Esto suscitó envidias. En Écija, un bulero impidió la predicación del Maestro Ávila y trató de predicar en su lugar en la iglesia principal. Sin embargo, el auditorio abandonó al bulero y se fue a escuchar a San Juan en otra iglesia. Entonces se enfadó mucho y se dirigió en plena calle al santo, al que dio una bofetada en la cara. Éste se arrodilló y le respondió:
-Emparéjeme esta otra mejilla, que más merezco por mis pecados.
Ante una ofensa y humillación pública, el Apóstol de Andalucía contesta con algo un tanto absurdo: a nadie se le ocurre pedir otra ofensa, y menos aún decir que merece más que eso, y menos aún declarar que lo merece por sus pecados. Esta gran humildad lleva a responder a un agravio con otro, pero hacia uno mismo; a tomarse en serio lo de "Al que te hiera preséntale la otra mejilla" (Lc 9, 29) y a darle la vuelta al desagradable asunto con ese humor de humillación de sí mismo.
Miguel Jiménez
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