De pescador
a Papa: el impactante testimonio de Simón Pedro
Tres años de
amistad después, Pedro fue invitado junto al resto del grupo de los Doce, a una
última cena en la que Jesús anunciaba la traición de sus amigos. A pesar de
ello, Simón Pedro, muy bravo él, aseguraba “Aunque todos te dejen, yo no”. Eso
suponía una enorme confianza en sí mismo frente a sentirse y saberse necesitado
de la fuerza y el poder de Dios.
Por supuesto
que, como había predicho Jesús, terminó negándole tres veces en aquella noche
de sufrimiento y soledad. Es cuando experimenta lágrimas de amargura, duele el
orgullo de no haber sido fuerte y valiente. Pero especialmente duele el haber
traicionado, abandonado, negado a su amigo Jesús. Le duele no haber
correspondido al amor de su mejor amigo.
Después de
haber sido traicionado, muerto y resucitado y resucitado, Jesús se aparece a
los apóstoles. También quiere darle a Pedro la oportunidad de mostrarle su
amor: “¿Me quieres?” “Señor, Tú lo sabes todo, Tú sabes que te quiero”. Y
entonces le confía una misión muy importante: ser el pastor de su pueblo
“Apacienta mis ovejas”.
Tras aceptar
esa misericordia de Dios, pasó de ser un pescador del lago de Galilea a ser el
primer papa de la Historia de la Iglesia.
El reto
consiste en fiarse de Dios, dejarse amar y perdonar por Él, y estar dispuesto a
que te cambie la vida.
Fuente: Lc 5, 1-11. Mt 26, 30-36. 69-75. Jn 21.
Hno. Miguel Jiménez, EdMP
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