29 de septiembre de 2017

El humor de Dios (II)

por Böcklin 

El humor de Dios en...  San Antonio de Padua


El humor de Dios es signo de su humildad. Quien es humilde sabe relativizar las cosas al compararlas con Dios dándoles el justo valor que se merecen. San Antonio de Padua es testigo de ello al tomar con sentido del humor las burlas de los herejes.

En cierta ocasión, San Antonio, cansado de que los herejes se riesen de las verdades de la fe que él predicaba, se fue a evangelizar a los peces. ¡Menuda ocurrencia! Los animales acudieron a escucharle, incluso colocándose los pequeños delante y los grandes atrás, a quienes dio su bendición y despidió. Después de este suceso, los incrédulos se convirtieron.

En otra ocasión, se encontraba San Antonio predicando al gentío, cuando las ranas de la charca más cercana croaron provocando un gran ruido. Como los anfibios con sus cantos no permitían que los fieles le oyesen, les mandó callar, y lo consiguió.

San Antonio de Padua, con su sentido del humor fruto de su humildad y confianza en Dios ante las dificultades, transformó a herejes e incrédulos.


Miguel Jiménez

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