“Los amó hasta el extremo”
“Habiendo amado a los suyos que
estaban en este mundo, los amó hasta el extremo” (Jn. 13). Que Dios te ama con
un amor loco está muy claro. Y si no habías caído en la cuenta de ello, o a
veces te encuentras frío y no sientes su ternura, te animo a pensar en esta
gran verdad.
El amor del Señor es tan
maravilloso que quiso bajar a la tierra para hacerse uno de nosotros. Pero no
en unas circunstancias cómodas, sino pasando por pobreza, soledad e
incomprensión. Y no le bastó una vida dedicada a sanar a los enfermos de todo
tipo de dolencia, sino que quiso morir en la cruz por amor a ti para salvarte
de tu miseria, y resucitar para que puedas vencer con Él.
Además, antes de eso, el Rey de
Reyes quiso lavarte los pies amándote hasta el extremo. Y regalarte el
mandamiento del amor. Y para que pudieras vivirlo, y mostrarte una vez más su
gran misericordia, te ha querido alimentar con su propio Cuerpo en la
Eucaristía. Así puedes comerte a Jesús, y recibir la fuerza del Espíritu Santo,
para ser tú también santo. Y no solo eso, sino que le puedes adorar y
contemplar en el Sagrario, en la Adoración Eucarística. Porque te ama y tiene
sed de tu amor. Cristo es fiel, permanece junto a nosotros, no nos dejas solos.
Él es que está dispuesto a quedarse solo en el Sagrario para esperarte.
Por eso me gustaría invitarte a que no dejes pasar un día sin ir a ver a Jesús en la Eucaristía. ¡Tantas capillas que hay en el mundo! Él te está esperando, porque te ama, no dudes en ir a verle siempre que tengas oportunidad. Incluso si hay una capilla de adoración perpetua en tu pueblo o ciudad, o cerca, no pierdas la oportunidad de apuntarte a un turno semanal. Cristo se ha complicado la vida quedándose en la Eucaristía por amor a ti. ¿Y tú cómo le vas a responder?
Hno. Miguel Jiménez, EdMP